Conversamos con el profesor de economía y finanzas Miguel Córdoba, quien nos informa acerca de la verdad sobre el mercado laboral español.

Según Córdoba, si muchos indicadores arrojan un mensaje de debilidad sobre nuestras cuentas públicas, no es lógico que el empleo esté tan boyante. La clave está en los fijos discontinuos, cuya forma de calcularse ha sido variada recientemente por el Gobierno.

Desde que se produjo la reforma laboral del Gobierno de coalición, hace ahora poco más de un año, ha habido una fuerte diatriba en relación con la forma de contabilizar el número de ocupados por parte del Ejecutivo, ya que lo que se denominan “fijos discontinuos” supone que presuntamente pasen cientos de miles de trabajadores que estaban contabilizados como parados a trabajadores fijos, aunque trabajen sólo de vez en cuando. Por ejemplo, los temporeros para recogida de productos agrícolas, los que trabajan en las discotecas sólo los viernes y sábados por la noche, etc.

La negativa del Gobierno de hacer públicos esos datos (recientemente ha dicho que los va a dar en un futuro) ha hecho que las series que reflejan la evolución del número de ocupados no sean homogéneas con las del año anterior (la ley se publicó en el BOE el 30 de diciembre de 2021). Ello le ha permitido apuntarse el dato de creación de una cantidad todavía no desvelada de trabajadores que, aunque estén en su casa un buen número de meses o días al año, figuran como “ocupados” con contrato fijo dentro de las estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE), prosigue Córdoba.

Otro de los puntos que no son para sacar pecho es el de los autónomos, que teóricamente deberían ser la punta de lanza de los emprendedores en España y que, en este “paraíso laboral” que ha creado nuestro presidente, apenas se han incrementado, estando anclados en los tres millones desde hace muchos años. “Es una mala noticia para el futuro del modelo productivo de nuestro país”, concluye Córdoba.