La avicultura de carne es la ganadería que demanda más energía de todas las existentes, por las condiciones climáticas que necesitan los pollitos desde que se alojan en las instalaciones hasta que se van al matadero.

Ahora bien, el  incremento de costes de electricidad, como el resto de insumos han hecho que al día de hoy, el “negocio” de la avicultura sea insostenible.

Los pequeños avicultores, nos cuenta Alexis Codesal, se encuentran acorralados porque no pueden negociar subir los precios con las integradoras y tampoco pueden darse el lujo de renunciar al negocio que en realidad los hace trabajar a pérdida y endeudándose con los bancos para cumplir y seguir produciendo carne de pollo. Sin embargo los supermercados venden esta carne a precios por debajo del coste real de producción. 

Esto es un claro incumplimiento de la ley de la cadena alimentaria y la razón por la que la Asociación se encuentra más unida que nunca, para hacer valer sus derechos.

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