José María Ordovás tuvo una experiencia, no cercana a la muerte, sino que fue real: estuvo muerto cinco minutos. Y en esta entrevista nos cuenta qué cambios operan en su vida a partir de entonces.
Tiene un mensaje claro: “no esperes a morir para renacer”. No esperes a que la vida te de un susto para cambiar, para exprimir cada segundo de tu vida, ya sea en el trabajo como en tu vida. Disfruta a cada minuto de tu trabajo.
Chema tenía una carrera de éxito, y ahí, quizás haya un extra en su mensaje. Pensadlo. Estaba cumpliendo sus objetivos profesionales perfectamente, pero no encajaban todas las piezas.
¿encajan todas las piezas en tu puzle profesional?. No esperes a morirte para descubrirlo.
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La muerte súbita y sus enseñanzas
Muy pocas son las personas que regresan de la muerte, José María Ordovás pudo lograrlo, luego de estar cinco minutos sin signos vitales. Este hecho propició muchos cambios en su vida, llevándolo al desapego por todos los bienes que poseía, para empezar desde cero.
Hoy en día se considera infinitamente feliz, porque descubrió, el pensamiento oceánico de la vida, que le llevó a ver todas las oportunidades que tenía a disposición, para enfrentar el mundo.
El regreso de la muerte y sus cambios
El 31 de diciembre del 2009, es la fecha exacta del incidente que tuvo Ordovás, donde pasó a ser parte del 5% de las personas que sobreviven a una muerta súbita, en un entorno fuera de un hospital, que confirma por definición que es un muerto resucitado.
Según Ordovás, las personas que han pasado por una experiencia de este tipo, cercana a la muerte, sufren una especie de pulsión por el cambio, por la transformación, hay algo que le dice que tienen que cambiar, y asegura que a él le ocurrió.
Luego de este episodio que vivió Ordovás, estuvo 15 días en el hospital haciéndose pruebas médicas, pero él asegura que estaba bien físicamente, pero mentalmente no se sentía como antes. Aunque se reincorporó al puesto de trabajo, poco a poco fue creciendo una necesidad de cambio, porque “había acabado una época y había que empezar otra”.
Cambió la carrera de éxito por el desapego
José María Ordovás afirma que había cumplido su objetivo profesional, para la fecha del hecho, aunque fisiológicamente no le dejó ningún daño cerebral, pero sí cree que psicológicamente le dejó mensajes, que le hacen ver que no es la misma persona de antes.
Por esto, el invitado a la entrevista, cuenta que decidió cambiar completamente de vida, y a medida que iba dando pasos en ese cambio, cada vez estaba más convencido que estaba haciendo los pasos correctos, aseverando que se sentía más satisfecho, por lo que empezó a quitarse de “encima todo”, porque él opina que “el desapego es importante en todo este proceso de transformación”.
Al poco tiempo fallece su esposa, y decidió desprenderse de algunos bienes materiales, mientras iba en camino hacia otra cosa, que según cuenta, no sabía realmente ¿cuál era? Pero afortunadamente, en ese proceso, él descubrió “el sentimiento oceánico de la vida”, o experiencia culmen.
Es una especie de sentimiento que hace ver que el horizonte es inmensamente amplio y, que hay un montón de oportunidades, con las que vas a ser capaz de afrontarlo. El invitado ratifica que, es una sensación de haber alcanzado un nivel determinado, de madurez personal y profesional, y de habilidades de andar por la vida.
Entonces, para Ordovás, paradójicamente cuando se desprendió de todo, y no tuvo nada, fue que vivió la auténtica sensación de plenitud, en su relato sostiene que tenía todo, en modo posibilidad, que era lo importante.
Desde ese momento, decidió continuar con dos temas que había dejado a un lado, que eran la psicología, desarrollada muy bien en su trabajo, y su gusto por la música.
Por lo que pudo hacer una mezcla entre ambos, generando un proyecto que salía de sus pasiones, del cual vive actualmente.
¿Cómo funciona el proyecto para las empresas tradicionales?
El proyecto es denominado “Liderazgo Broadway”, se presenta con un discurso que resalta que es una herramienta para la transformación y para el cambio, más que de diversión. No había nada parecido antes, no se utilizaba el teatro musical para la transformación, este proyecto ofrece tres herramientas muy contundentes para el cambio de conducta en las personas y en los colectivos.
El teatro musical, tiene música, interpretación y corporalidad, las cuales son herramientas que se integran en el modelo, y están vinculadas con los tres elementos de cualquier conducta, que son: pensamiento, emoción y corporalidad. Estos tres elementos, conectan perfectamente con los tres elementos fundamentales del teatro musical, que son: la interpretación con el pensamiento, la emocionalidad con la música, y la corporalidad del baile o el movimiento.
Con lo cual, incorporando, trabajando o teniendo esa experiencia artística que es la de teatro musical, evidentemente se traslada en el alumno, una experiencia que difícilmente va a olvidar, porque impacta sobre esos tres elementos de la conducta.
En el programa de “Liderazgo Broadway” lo que se trata de hacer es sacar todas las potencialidades de las personas, para expandir sus posibilidades. Eso también lo trasladan a las empresas, según la teoría del liderazgo situacional, o el liderazgo contingente, que dicen, “cuanto más flexibles sea tu conducta, más éxito vas a tener; y cuantas más posibilidades de adaptación a tu entorno, más posibilidades vas a tener”.
La técnica que emplean, para ayudar a las personas a descubrir las distintas formas que pueden llegar a ser, se basa en interpretar los personales de los musicales de Broadway.
Caminando hacia una mayor flexibilidad de las personas
Esta herramienta está al servicio de la transformación, de personas y de empresas, potenciando las capacidades, caminando hacia una mayor flexibilidad de las personas, pero no solo flexibilidad en cuanto a conductas en términos generales, sino en cuanto creatividad.
Porque la creatividad está siendo limitada con el pensamiento único, la regla, el procedimiento, pero cuando reconoces y tienes conciencia, has experimentado una mayor flexibilidad de pensamiento, de obra corporal, que abren también muchas posibilidades.
Hay que trabajar la flexibilidad de la conducta, porque se pueden presentar situaciones, en la que tienen que cumplir con un rol inesperado, y si siempre se mantienen rígidos en un marco limitado, no podrán hacerlo.
Ordovás quiso volver al tema de la muerte y vincularlo con la flexibilidad de la conducta, afirmando que es mentira que los seres humanos “tenemos una vida, tenemos muchas vidas, hay que embarcarse en ellas”.
Él si entiende que no es fácil, pero sugiere que se puede trabajar, hay que planificarlo efectivamente, y sobre todo, es importante haber llegado a un nivel de madurez que permita identificar, ese sentimiento oceánico de la vida, o auto poderío.