Entrevistamos a Amelie Yan-Gouiffes, que disculpamos se conecte por Zoom, dado que vive en Madagascar.
Una persona como Amelie, tiene muchas cosas que contar, pero nos vamos a centrar partiendo de su experiencia viviendo en innumerables países que tienen un denominador común: ella actúa allí como activista en reducción de riesgos. Su charla… reveladora.
Entrevista en vídeo
Entrevista en audio (podcast)
El denominador común de sus experiencias son las crisis, crisis de diversa índole, guerra, epidemia, desastres naturales… buscando que el evento tenga impactos menores.
Es curioso como a los 3 minutos de charla, salga la palabra Resiliencia, como esa capacidad de resistir. Y como ese concepto, desde la mirada de Amelie, nos puede ayudar a una sociedad como la nuestra.
Cuando llega la crisis , hay dos niveles. Lo primero es que cuando llega la crisis, tienes que afrontarla desde la inteligencia emocional. Es un tema emocional que tiene sus pautas, sus tiempos y formas. Y hay un segundo nivel, de gran calado, es que los europeos no tenemos confianza en nuestros recursos internos. En países en crisis no tienen otra cosa. Sólo se tienen a ellos y a la comunidad.
Lo que hay detrás del papel higiénico, hay una falta profunda de confianza. Estamos en la comodidad. Nos hemos olvidado de un pilar de la resiliencia. El primer recurso soy yo.
No es cuestión de recursos, sino de recursos internos.
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La gente de estos países son mucho más resilientes, porque tienen muchos recursos internos. Si el contexto cambia, no cambia quien soy. El diamante interior. La resiliencia es un músculo. Lo tenemos todos.
La resiliencia: un músculo que hay que ejercitar
En esta ocasión tuvimos una amena charla con Amelie Yan-Gouiffes, quien se encuentra en Madagascar en su función de activista en reducción del riesgo.
Lo primero que resaltamos fue la experiencia de Amelie viviendo en más de una docena de países que han vivido diferentes crisis, bien sea de índole natural, socio políticas o armados.
Su trabajo es lograr que el evento causante de la crisis genere el menor impacto devastador posible en la vida de las personas que lo sufren y en su calidad de vida.
Específicamente en cuanto a reducción de riesgos en el tema del cambio climático, Amelie nos dice algo que ya todos sabemos: va haber más sequías, inundaciones y efectos del camio climático que debemos abordar.
Amelie nos recuerda que este tipo de evento siempre ha ocurrido, pero que la diferencia en esta etapa es que ocurren con mayor intensidad y que hay mayor incertidumbre de cuándo y dónde aparecerán. Entonces, su trabajo en estos países, es tratar de reducir el riesgo de que eventos como estos, se traduzcan en un desastre para la vida humana.
Luego de más de 20 años sin haber estado en España, le tocó vivir el primer confinamiento producto de la pandemia del Covid en el país. Allí tuvo la oportunidad de vivir la crisis y comparar la reacción o la capacidad de resiliencia de otros países, con la de España.
Los dos niveles de la crisis
Cuando ocurre una crisis, lo que sucede es que ocurre algo que no esperamos y ante lo cual de forma natural, reaccionamos. En ese momento florecen las emociones. Entonces, entrando al ámbito de la inteligencia emocional, hay que vivir la emoción. Bien sea que haya que llorar, gritar o expresar esa emoción, definitivamente hay que vivirla.
El segundo nivel de la crisis es una vez que transitada esa fase de inteligencia emocional. Ahora, hay que tomar las riendas de la situación. De no hacerlo, se mata la resiliencia. La resiliencia es cuando tienes las riendas de tu destino, de tu vida y te permite estar en movimiento.
Ahora, pasando esto al ámbito empresarial, lo que ocurre en la realidad, es que muchas veces los empleados de una empresa no toman las riendas, sino que las dejan a cargo de la directiva de la empresa, por lo que matan la resiliencia.
Resiliencia en España vs. otros países
Según la experiencia de Amelie, la gente de los países en los que ella ha trabajado y en general, países fuera de Europa, son mucho más resilientes que los europeos en general y que los españoles en particular.
La clave para esta característica es que fuera de Europa cuentan y confían en sus recursos internos. En esos lugares en momentos de crisis, echan mano a su diamante interior y saben cómo reaccionar.
Partamos del hecho de que la resiliencia es la capacidad de surfear las crisis. Lo que ocurre en lugares que no están en permanente crisis, es que cuando ocurre una crisis de la dimensión de la crisis vivida por la Pandemia del Covid no saben cómo reaccionar.
Amelie compara la resiliencia con un músculo del cuerpo, que para que reaccione de forma idónea, debe mantenerse ejercitándose. Si el cuerpo no está acostumbrado a utilizar un músculo, y llega un momento en el que tengas que usarlo, no estará tan fuerte para enfrentar la situación.
Los europeos no tienen confianza en sus recursos internos ni cuentan con la solidaridad comunitaria que sí existen en otras regiones. Desde la comodidad de los países europeos, se tiene falta profunda de confianza, porque se tiene la costumbre de contar con recursos externos, olvidándose del pilar fundamental de la resiliencia, que es que el primer recurso es la propia persona que sufre la crisis.
En países que viven de forma constante en crisis, la reacción ante la llegada de la pandemia fue más resiliente. Volviendo al símil de la resiliencia como un músculo, estos países se han mantenido en constante ejercicio.
Aún cuando estos países tarden mayor tiempo en recuperarse luego de los efectos de la pandemia, reaccionaron de forma más rápida porque conocen el valor del recurso interno.
En cambio, enn Europa se vivió algo totalmente diferente: personas que días antes del confinamiento, eran poderosas y cambiaban vidas de forma positiva, se encontraron desorientadas y sin saber qué hacer.
Es importante saber que aún cuando el entorno cambie, la persona sigue siendo la misma. Y esto es lo que los europeos en general, y los españoles en particular, no supieron manejar al inicio de la pandemia.
Luego de que la crisis haya pasado, un ejercicio importante para aprender de esa experiencia, es repasar las cosas que se hicieran bien y las que no se hicieron tan bien.